Descripción
El contacto físico como muestra de afecto es imprescindible para el desarrollo emocional de los pequeños: les da seguridad, favorece su autoestima y mejora la confianza en sí mismos y también en los demás.
En este aspecto, en ‘No hace falta la voz’ inciden tanto el texto de Armando Quintero Laplume como las imágenes de Marco Somá.
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